jueves, 27 de agosto de 2009

Quizás sea anhelo

Me gusta escribirle con la yema de los dedos un te quiero en la espalda,
mientras le cuento historias que me vienen a la cabeza,
de esas que siempre me callo al recordarlas y guardo para esos momentos.

Quiero tenerle de nuevo entre mis manos.
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Te descubro,
te huelo,
te indago,
te miro,

¿Y si te saboreo?

¿Me dejarías?

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Y si te beso en la boca, sabrás que te quiero.
Y si te beso en el cuello, sentirás que te deseo.
Y si te beso por el cuerpo, intuirás que me entusiasmas.
Y si te beso hasta volverte loco, caerás en mi trampa.