Por momentos pienso que, si el cuerpo me lo permitiera, echaría a volar. Sin pensarlo ni dudarlo, saltaría de nube en nube sin mirar lo que hay abajo. Y vivir, libre, siendo sólo prisionera del aire.
Para volar primero hay que cuidar las alas, limpiarlas y dejar que se llenen de aire. Que en la vida real es esforzarse por mejorar en todos las aspectos.
3 comentarios:
ei!! ya se te echaba de menos!
También a mí me gustaría a veces. Saludos.
Para volar primero hay que cuidar las alas, limpiarlas y dejar que se llenen de aire.
Que en la vida real es esforzarse por mejorar en todos las aspectos.
Publicar un comentario